XI Concurso de Microrrelatos «Molvízar Condensado» Premiados
¡Emocionantes noticias! Tenemos el placer de anunciar que tres talentosas personas han ganado un certamen de microrrelatos. Sus habilidades literarias han sido reconocidas y premiadas, y estamos encantados de compartir sus nombres y logros:
El primer premio consta de lote de libros y diploma para Francisca Sonia Prados Sánchez
Vida
¡Ay hija! Que, no, te, rallo… que complicada es la adolescencia…
Como te decía, tardé años en saber quién era M. Ruíz del Castillo, 1969. Gracias a internet supe que Miguel Ruíz del Castillo era un profesor y poeta granadino.
Me habría gustado tener la oportunidad de decirle lo importante que ha sido su poesía ganadora de Molvízar y lo mucho que me ayudó.
¿Que por qué te cuento todo esto? ¡Ay hija! Pasa que a cierta edad nos gusta contar cositas que creemos importantes de nosotros…
A lo que iba, antiguamente teníamos que llevar agua a las casas en cántaras para lavar, para cocinar, no era como ahora que abres el grifo y ya está.
Hicieron la fuente de la Reala, la que está en la curva Villa. Era tan bonita con su mosaico granaino, sus colores, su poesía…
A diario, mientras se llenaban las garrafas leía y releía los versos; Sin darme cuenta aquellas palabras acompañadas por el sonido del agua ahondaron en mi consciencia, mar, brisa, navegar, olas, serranía, verde, armonía, gente, alegría.
Y por fin lo comprendí…
Mi querida niña, entendí que el mar, la montaña y la gente de la que habla el poema, que nosotras mismas o que el mundo entero estamos unidos, pegados por un pegamento universal que se llama agua.
Desde entonces cuido del agua, uso la justa y necesaria, tenemos que aprovecharla y protegerla.
Mi amada Emma,
el agua es vida,
y la vida hay que amarla.
El segundo premio consta de libro y diploma para Julia Maiquez Sáez.
FLUIR DE SENSACIONES
No sabía que en el imaginario de sus sentidos podría llegar a albergar tanta variedad de sensaciones relacionadas con el agua.
Agua en todas sus formas, en todos sus estados.
Iba caminando monte arriba, sin pensar, solo sintiendo. Aquel entorno le daba ese regalo: sentir.
No sabía que desde la siguiente curva vería el contorno del pueblo a contraluz, lo que provocaría que se girase para luego dejarse sorprender por el rubor del agua a sus espaldas. Sucedió así.
Llegado a este punto, se dejó fluir por la musicalidad del agua en el interior de la roca, deleitándose con el camino, hasta descubrir “el nacimiento”.
En ese instante percibió a la vez todas las formas del agua: fuentes naturales en las montañas de Jurite, albercas en los cortijos, acequias entre los campos, pilares en el pueblo, la fuerza del mar de fondo, el rocío de las flores de los almendros, el agua de regadío de la «vegalta» de Molvízar…
Ese torrente de maravillosas sensaciones se filtró en su cerebro sin querer para trazar una sonrisa en su alma sedienta.
No conocía las vivencias pasadas que se escondían en aquel lugar, cuando el agua hacía realmente feliz a la gente. El agua abastecía de vida: las mujeres lavaban allí las prendas, los animales bebían y los lugareños llenaban sus cántaros.
Y comprendió la importancia del AGUA, génesis de todo: que nuestra vida y nuestra felicidad está vinculada íntimamente con ella, que era el agua la vida y que nos necesitamos mutuamente.
Por “Luna de Agua”
El tercero premio consta de diploma para Raúl Simón Torné
SED
Amanece en ausencia de nubes que abracen al sol en el horizonte. El buen tiempo es mal tiempo para todos. Sea en Jurite, la Vega o la Cota, la tierra concentra sequedad y vacío. Muchos cultivos se han perdido. Si no hay agua ni para las personas, menos para sus raíces. Esas largas duchas son un lujo del ayer como beber hasta derramar su frescor. Los globos de agua que se lanzaban los más pequeños, que ya no recuerdan el aroma de tierra húmeda, son ahora de aire… caliente. Una hora de suministro al día hay para almacenar algo de oro cristalino.
Prefiero no pensar cuando ya no sea potable, cuando haya un incendio, porque ello me hace secar aún más mi garganta, mi alma de sed…
Amanece nublado en Molvízar. Para los más ancianos es sinónimo de calor.
Como llueve menos que antes, hemos optimizado el riego. Las duchas son deliciosas, pero, como al lavar, pronto el grifo deberemos cerrar. Ya no es un recurso barato e infinito. Avanzamos siendo conscientes de que toda gota cuenta, que en el sumidero limpia es una deshonra que se pierda. Sólo así podremos permitirnos festejar con agua y espuma Santa Ana y la programación cultural. Las macetas regadas florecerán hacia nuestra atalaya de frutos
tropicales. La juventud sabe que debe cambiar lo innegable para que la naturaleza nos perdone y sacie nuestra sed. Así, conseguiremos que el angustioso relato inicial no sea real, aunque ficción, por desgracia, nunca habrá sido.
Felicitamos a estos tres talentosos escritores por su logro en el certamen de microrrelatos. Sus obras brillantes han destacado entre muchas otras, y esperamos ver más de su creatividad en el futuro. ¡Enhorabuena! 📚🏆🥇